Hace unos pocos días por conceder una gracia a mi chica aunque, debo decirlo, no totalmente convencido ―a saber que al final tendría razón, como ocurre casi siempre, lo hubiera postergado unos días más, o toda la vida―tuve la ocasión de ver el nuevo hit cinematográfico que aglomera multitudes en salas de cine alrededor del mundo (razón suficiente para pensar que el filme era aún peor de lo que hubiera pensado) especialmente jovencitas que abandonan recién la infancia y otras que oscilan entre los tres lustros de edad, aunque también encontré extraviados mozuelos quienes, quiero pensar, sólo hacían labor de compañía en busca de ganarse los afectos de una posible conquista.
Dicho producto es Luna nueva, parte de la saga Crepúsculo basada en las novelas del mismo nombre escritas por Stephany Meyer. La película, como han de saber muchos de ustedes queridos lectores, gira en torno a la gestación de un romance harto dificultoso entre una chica mortal Bella y un vampiro teenager carcomido por la obsesión de proteger a la chica y que se enfrenta a la realidad de que nadie puede proteger de todo a otra persona, me parece que el nombre del susodicho es Edward.
La estructura dramática se hace algo interesante en esta ocasión puesto que reaparece la gesta histórica de dos mitos antagónicos en la oralidad de muchas regiones alrededor del globo: el vampiro y el licántropo (hombre lobo). En esta producción, un antiguo amigo de la familia de Bella, Yeicob, descubre su parte animal derivada de una herencia de su pueblo y se presenta como un enamorado más de la susodicha.
Si no mal recuerdo, Edward no puede confrontar la desazón de no poder cuidar siempre de Bella debido a un incidente con uno de sus hermanos vampiros quien no pudo contenerse al oler la sangre de la chica cuando esta se corta con una envoltura de un regalo recibido en su cumpleaños.
En fin, Edward decide abandonar a Bella, ésta se siente triste y encuentra un refugio en Yeicob quien se enamora de ella mientras lucha con la idea de ser un hombre lobo. El desenlace me lo ahorro porque quiero adelantar mi impresión.
Mi crítica comienza desde antes de la anunciación de esta segunda parte de la saga. No solo creo que la película sea mala, creo que es malísima, pero no culpo del todo a la producción, que al final, busca transformar las líneas en un guión con fecha firmada. Me parece, más bien, que el libro, los libros, de suyo están hechos, sí para venderse ―objetivo que no discuto puesto que es importante para un escritor, vivir de su obra―, pero no tienen el más mínimo respeto por el mito vampírico y utilizan formas ya vistas en la historia de la literatura sin impulsar a los lectores a intentar unas lecturas de mayor calidad.
La historia está ya bastante vista, una pareja que se enamora y no puede mantenerse junta por las diversas circunstancias que obstaculizan constantemente sus intentos. ¿No les suena? Claro, Shakespeare, Romeo y Julieta. O que tal Tristán e Isolda, o una superficial leída de mitología griega y vaya que ahí hay material. por otro lado, se une un personaje más para agregar el tono de triángulo amoroso a la secuencia y eso me suena muy telenovelero, pero bueno, que tal Madame Bovary o Rayuela o El libro de los amores ridículos.
Ok, eso estaría bien si la historia se detuviera hasta allí, entiendo que ese tipo de problemas son frecuentes entre la juventud, a todos nos pasan vaya, pero alguien explíqueme la necesidad de mancillar el mito de esa lucha antagónica entre vampiros y hombres lobo. No pienso que no se pueda, sólo que me parece inverosímil el enamoramiento del personaje. Los vampiros son los asesinos perfectos, se alimentan de sangre y son noctámbulos puesto que el sol los debilita y los destruye. Son calculadores, cazadores, efectivos para matar. Con los años adquieren experiencia y se saben con habilidades para seducir a sus víctimas y lograr saciarse con ellas. El mito se manifiesta en muchas culturas ya desde la antigüedad. En literatura, la obra cumbre sin duda es Drácula de Bram Stoker, quien dibuja al vampiro como un personaje aristócrata, seductor, altivo, y le confiere incluso habilidades mágicas; hay algunos otros textos como El Horla de Mapussant o mucho más reciente, las novelas de Anne Rice. Y en todas ellas podemos notar que el mito del vampiro sufre pocas modificaciones.
En el arte del celuloide, hay material como Nosferatu que presenta un vampiro diferente, algo ermitaño, perverso pero igualmente efectivo. Otras como la basada en la novela de Rice, Entrevista con el vampiro con actuaciones inolvidables de Brad Pitt, Tom Cruise, Antonio Banderas y Kristen Dunst. Más recientemente, fascinantes filmes mezclados con acción, romance, y luchas, muy bien logradas como Inframundo e Inframundo, la evolución.
¿Para qué hacer todas estas disquisiciones? Para mostrar que no estoy en contra de los filmes o los textos que hablen de vampirismo, romance o triángulos amorosos. No puede estar en contra alguien que ha vivido fascinado en lecturas y en vida por esos tópicos. Quiero mostrar que hay material que considero vale la pena en este tipo de experimentos.
No obstante, creo que Luna Nueva no deja de ser una película que tendrá su éxito entre las jovencitas acaloradas por la imagen de un vampiro galán renacido después de haber muerto como un mago harto inhábil (disculpen mi humor negro) y un hombre lobo fornido, como buen entretenimiento visual, pero nada más.
Admito que me gustan los efectos de la transformación homo-lupus en el filme. Los resultados de los lobos son bastante agradables y algunas escenas como la persecución al vampiro que quiere matar a Bella.
Pero ahora van las cosas que no me cuadran. 1. Si los Cullen no hablan con nadie en la escuela y llevan tiempo viviendo en el pueblo al que Bella se muda con su padre, ¿cómo entonces no levantan sospechas? Uno puede repetir un año escolar si no es muy inteligente, pero, por lo que logra traslucir Edward en las escenas de Crepúsculo, es muy hábil en biología como para pensar en que repitiera el mismo grado una y otra vez ¿no? 2. Pueden hacerse los manejos necesarios para el mito del vampiro, algunos pueden ser aristócratas, artistas, ermitaños, sicarios, traficantes, incluso médicos o estudiantes (como los Cullen), y, hasta donde yo sé, de alguna u otra manera, a todos les afecta la luz del sol y por eso le huyen, no se esconden, le huyen porque de verdad les daña en demasía. ¿Cómo coños me explican entonces que los vampiros no se expongan a la luz del día porque brillan?, ¡Dios nos libre! ¡BRILLAN!, no pueden negar que es la estupidez más grande que hayan visto respecto de este tan respetable mito.
Otras de las cosas que no cuadran: Los vampiros inevitablemente tienen ciertas tendencias homosexuales como parte de su naturaleza, bueno, Edward no se ve exactamente masculino. Los hombres lobo sí son más salvajes, aunque tampoco me creo eso del calor corporal y de que anden mostrando sus torsos trabajados, eso sí, con mucho gimnasio, a la menor provocación, eso es ya algo más allá de lo risible.
Algo más, entiendo que el hermano de Edward no haya matado a Bella porque los otros lo detuvieron, pero eso de que haya escapado del otro que la perseguía no me lo creo, ¡ah! claro, la salvan los hombres lobo ¿no? Hasta donde yo entiendo, el enamorado es Yeicob, y si mis lecciones de comportamiento animal y etología no me fallan, los lobos se rigen en la manada por un líder quien decide qué hacer y qué no, y según recuerdo Yeicob era el nuevo y no parecía para nada el líder así que los lazos de amistad no me son suficientes para que alguno de ellos no se haya cenado, literalmente, a Bella. ¿Otra?, bueno, pero sólo una más ¿ok? Los autos deportivos son veloces, y los vampiros también pero no me creo para nada ese viaje a Italia en tan poquísimo tiempo, vaya ni un Concord y para ser un festival había muy poca vigilancia porque ver a una joven que corre despavorida llamaría la atención de alguien supongo.
Para finiquitar este comentario y para hacer notar que no odio la franquicia, admito que es una película que no me hizo dejarla antes que finalizara. Es entretenida, chistosa, con buenos efectos y admito que un par de escenas (los Vulturi) valen la pena, allí parece que son vampiros de verdad y no los remedos que aparecen en las anteriores tomas. Los hombres lobo, pues..., pasables. Auguro una buena pelea entre vampiros y hombres lobo, aunque si Edward sigue con esa debilidad pues creo que Yeicob vencerá indudablemente. Para un hombre lobo necesitaríase un vampiro como los Vulturi. Deseo que el barco de la saga recomponga el sendero porque si la cursilería en exceso sigue predominando sobre los buenos temas que puede desarrollar, será un filme olvidable.
Las sagas best sellers me gustan, por ejemplo Harry Potter o The Chronicles of Narnia o The Lord of the Rings, que han tenido buenos resultados en cine, por eso creo que esta saga puede mejorar aunque no he leído los libros y espero nunca tener que hacerlo, pero si ellos son la base de ese pobre material entonces todos mis deseos han muerto y esto no será más que otra porquería, “basura bien envuelta” dijo Silvestre López Portillo, para jovencitas, niñas bien que dirán con la papa en la boca, que es la mejor película de su vida y su razón será Edward Cullen (oh, me da tanto asco pensarlo), en el mejor de los casos Yeicob.
Decía un maestro que “para leer buena literatura hay que leer mala literatura primero”, espero que los lectores ávidos de esta saga se estén entrenando para leer buena literatura sobre vampiros, por otro lado, he leído la suficiente literatura clisé como para perder mi tiempo leyendo eso. Queridos lectores, no la recomiendo, pero si la van a ver, por lo menos lleven a su novia, más si son de entre 15 y 18 años, ellas dirán que son súper románticos y por lo menos les ganará simpatías con ella.
Le joque Dub