Recuerdo que la primera vez que entré a uno de esos cafecitos con logotipo verde y el dbujo de una sirena no entendí muy bien cómo demonios me habían convencido de hacerlo pues el esnobismo, y la gente demasiado fresa me provoca una irritación en la garganta y... bueno, lo consecuente no es bonito.
Pero decía que el primer día fue un "bueno, no está tan mal", por lo menos los sillones estaban cómodos y el aire acondicionado si rifaba para el calor, la segunda, "ok, se me antojó un café", a partir de la tercera, todas las cosas buenas que le había encontrado se fueron perdiendo y hasta hoy no se ha recuperado de la caída que no ha cesado (casi como la del avión de Juan Camilo en Polanco... que por cierto, también habré de contarles, pero en otra ocasión).
Y he aquí las razones porque no me gusta demasiado ir a un Starbucks.
Primero, porque parece que se clona, hace apenas unos años que llegó a México y ahora ves uno en casi cada esquina, la neta creo que debe haber variedad y el cafecito verde (como lo llamaré) apaña todo lo que toca; sí estoy de acuerdo que es la mercadotecnia pero no chinguen, hay más starbucks que bibliotecas.
Segundo, porque la gente fresa (niños o niñas tipo La Salle, Ibero, Panamericana, Anáhuac, similares y conexos... pff hasta la UVM, o la UNITEC) vienen a estos "centros de esparcimiento" a decir pura reverenda pendejada y se sienten realizados por aprender a pedir "correctamente" su bebida al barista, con sus veinte mil especificaciones, para luego sentarse y empezar a vomitar más y más palabras en protolenguaje parecido al español que curiosamente termina siempre, o casi, en una interjección bastante molesta "verdad we". No puedo tolerar a la gente que no piensa, y digo, está bien que yo crea que laa gente (la masa) es estúpida por antonomasia, pero hombre... hablo de una masa enorme, no de un grupito de tres o cuatro que bien pueden equiparársele.
Tercero, por el nombre de las bebidas. Según mi romántico entendimmiento, cuando uno va por un café, se aprende los nombres universales: Americano, capuccino, moka, latte, espresso... Pero en este establecimiento del demonio, maldita sea, toma más tiempo dictar correctamente la bebida específica que quieres y apra cuando terminaste de hacerlo, el barista o te corrige el acomodo de los elementos p. ej. Yo digo "dame un latte grande", él(ella) responde "grande latte"pffff... o la otra posibilidad es que te pregunte si quieres un sabor extra, si con moñito, con no sé qué... chingá! si ya escogí la bebida! Ah! y para colmo, si te aventaste una bebida magnánima como un "helado tazo té infusión de menta grande"; el pinche barista te repite el nombre al son de, "helado tazo té infusión de menta grande para... ¿cuál es tu nombre?".... Ahhhhhh ya sé lo que pedí estúpido, sólo pregunta el nombre. Total que tardas como diez minutos en que te tomen la órden.
Cuarto, los precios se me hacen exagerados. Quizá al nivel de los cafés estén a la par de marcas como Café Punta del cielo o Café Finca Santa Veracruz, o incluso Café The Coffee Bar, no lo discuto, pero en cuanto a la comida... no no no, los precios son excesivamente altos: un Panini (el que sea) debe costar alrededor de $50, y si se ponen a pensar verán que es un vil sandwich caliente por una cantidad que no manches. ¿cuándo te cuesta un subway? ¿cuánto una baguette? Les estamos pagando el nombre. Además, a juicio de mi paladar tampoco es tan buena la comida.
Quinta y última, porque la gente piensa "que le da estilo". Cuándo entenderá la gente que un lugar no te hace ni más, ni mejor, son las decisiones, las actitudes no el aparentar que vas a un café caro o a un restaurante igual, a pavonearte de que hablas con media papa en la boca y sales con tu café de Starbucks. Me caga, me enoja, me molesta muchísimo que la estupidez llegue a tal grado. si uno fuera un tanto más coherente, porque no dudo que los haya, iría simplemente porque quiere, no por demostrar nada, pero desgraciadamente e¿son los menos.
En fin, creo que al final no todo es culpa de la marca, tienen buenas cosas, el internet, el hecho de quqe puedas desparramarte por sólo un café, la música; pero el café que es por lo que en teoría debería uno ir, debo decir que no es nada sorprendente.
Así que ya saben... No pisen lo que esté de moda porque lo está, si lo van a hacer que sea por ustedes, y si ya no saben a dónde ir, hay mejores cafecitos en las colonias y más baratos. Ahí está bloggeros...
Jaja! Es gracioso, porque yo voy al Starby a sentirme de mayor categoría... no no es cierto. La verdad voy porque a mí si me gustan los paninis, pero coincido en su carez extrema. El café se me hace regular, pero la verdad los sillones son como el gran aliciente. Odio estar en una silla dura. Finalmente, creo que debería haber más variedad... en los asientos de cafés, porque la verdad eso es para mí lo más importante. Saludos.
ResponderEliminar