Al respecto, ya en una nota anterior menciono mi postura y la de la Academia Mexicana de la Lengua, pero... en esta ocasión, queridos lectores, no es esta nota un blasón de guerra ni agresión sino un motivante para revivir el humor que da el buen entendimiento de las normas académicas, de las "sugerencias"...y agradezco la imaginación de tan flamantes creativos porque así, tenemos un momento más para volvernos a reír de todas estas reformas tan sin sentido.
No suframos, mejor dejemos que la risa se lleve todo lo que sobra de la jornada...
Hélas aquí
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