A iniciar el 2011

Después del maratón Guadalupe-Reyes, única festividad cuya nomenclatura alude a un deporte y que es fielmente practicada en los más variados sectores del país, ha llegado el ocaso de la primera década del siglo XXI. Con este último año se fueron las esperanzas de seguir con el destino escrito por la historia de 1810-1910-2010, lo más insurgente que se vio fueron los lanzallamas que alumbraban la plancha del zócalo capitalino al ritmo de la música del espectáculo "Yo, México". Ni los organizadores de los festejos del bicentenario de la independencia y el Centenario de la revolución dieron el nivel que se esperaba respecto de tales festejos que, si bien cumplieron con el efecto mediático, no proponían una revaloración crítica, vaya, ni siquiera una retrospectiva distinta, valiosa, erudita. Era más de lo mismo "al pueblo pan y circo" y nuestro primer mandatario lo ha entendido bien pese a ser ultraderechista y satanizar el populismo iniciado por López Obrador.

Así pasó el año entre muestras de todos los sectores por generar un nacionalismo degradado, light, que propugnaba por la faramalla y no por la profundidad, pero qué se puede esperar en un país donde el promedio de lectura no llega ni a un solo libro por año. Un país donde la televisión defeca tanta basura que el pueblo consume con avidez.

Septiembre fue uno más, un grito más que rememoró a los que hace doscientosaños nos dieron "patria y libertad" con su sangre, y como dice Gutiérrez Nájera de los héroes, se les recuerda cuando cayeron, pero no se acuerdan de los vivos, de los que heredamos el fruto de su valentía. Otra vez el zócalo lleno, otra vez el presidente que no aguanta la bandera, otra vez la campana y los vivas... otra vez.

Octubre fue ese personaje gris que une las dos celebraciones patrias de mayor importancia y arraigo pachanguero para los mexicans. Llegó noviembre y las cosas...siguieron igual, ningún enfoque crítico. Series de televisión inverosímiles, ridículas, innecesarias incluso, y el centro fue el templete de nuevo para "Yo, México", espectáculo pobre en ideología pero que movía las emociones de la gente hasta límites insospechados.

Eso fue el 2010, un año del que se esperaba mucho por las promesas y que fue lo mismo de siempre, más palabras que hechos. Pero eso ya lo sabíamos, no podíamos pensar que esta vez sería diferente sólo porque era el bicentenario y el centenario, porque en esos doscientos años los políticos han sido la misma porquería, la misma vasca y gente pusilánime y eso ya echó raíces.

Año de muerte y más muerte por la guerra contra el Narco, caída del "grande" y de la "barbie". Año de Julian Assange y los cables de wikileaks y nada cambia, año de más aumentos a la gasolina y un salario mínimo que sigue siendo una burla. Pero eso pasa únicamente en México, tierra pródiga de Yáñez, tierra de lo real maravilloso.

Año del adios a Saramago, Montemayor, Chumacero, Alatorre, Monsiváis, Dehesa... Dios mío, si acaso existes llévate a Calderón y regrésanos a estos seis, total, gana más que todos ellos juntos y hace muchísimo menos, sobre todo a la hora de pensar.

Y llegó diciembre, ese mes de familia, del árbol de navidad, de los regalos, de imitar la tradición estadounidense y seni¿tirse contentos. Época de ver 'mi pobre angelito' 1 y 2. "Ya va llegando diciembre y sus posadas, se va acercando ya también la navidad, el año nuevo me traerá nuevas tristezas..." y parece profecía porque se anuncia desde diciembre que la gasolina seguirá en aumento lo cual dispara los demás combustibles: diesel, gas y ¿eso qué provoca? Pues que tooooooodoooooo suba, toda la canasta básica, ah!pero dice BANXICO y la ANTAD que no hay de qué preocuparse porque la inflación será baja. Claro, con los sueldos suyos uno no se preocupa, pero que hay del obrero, del mesero, del albañil, de la gente de verdad no de los impostados en la élite macabra del poder.

Se comió el pavo y llegó San Nicolás, hubo regalos y deudas, y luego, a prepararse para el 31 de diciembre y la cena de fin de año "Yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas...me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra"Y en un segundo después de doce campanadas y de atragantarse por doce deseos bacanales, "el rey ha muerto, larga vida al rey".

Llegó intempestivo el nuevo año y avanzó a tientas primero, pero en pocos minutos ya no gateaba, ya caminaba solo, y en un dia, corría hacia su destino fatal de morir y renacer, ave fénix intangible, crecer e incinerarse y renacer de las cenizas, una y otra vez, por los siglos de los siglos.

¿Qué te trajeron los reyes? Los juguetes y los niños, combinación particularmente irritante a la nariz, pero es su día y da gusto verlos jugar. Hoy, a mí no me trajeron sino la conciencia de regresar al trabajo y renovar mis becas y terminar la tesis. Me formo para empezar, tomemos el carro porque este año ya vuela, y se pasa veloz, más de lo que nosotros quisiéramos. Arrrrrrrrancan. El 2011 ha comenzado a morir.