24 agosto 2012

El olvido os hará libres


I
“Y conoceréis la verdad,
 y la verdad
os hará
libres”.
Ocho,
Treinta y uno,
treinta y seis.

Leía en el mito repetido
en tantas latitudes, en la Historia.
Sorbía las palabras primigenias:
gracias, perdón, como usted diga

                ‘Honrarás a tu padre y a tu madre’

‘No dirás falsos testimonios ni mentirás’

                ‘No codiciarás los bienes ajenos’

y otros siete enunciados encriptados que vienen repitiéndose
desde el antepasado hombre
y de tanto decirlos, se maceran:
liberan sus opiáceos efectismos; adormecen
el molesto albedrío.

                     IN
                                    NOMINE PATRIS
                                                ET
                                FILLII
                                                ET
                                           SPIRITUS
                                            SANCTI

Póstrate de hinojos y agacha la cabeza,
muestra respeto; sé bueno.
Tendrás garantizado el Paraíso,
aunque hoy pagues
—es justo—
por un pecado original irredimible,
imborrable...    
                               in
                cre
                       í
                               ble.

II
“No debo contestar con malas palabras a la profesora”
                “No debo contestar con malas palabras a la profesora”
                               “No debo contestar con malas palabras a la profesora”
                                               “No debo contestar con malas palabras a la profesora”
D IN                  TIN
A         FI         U           I
MU              NI  M               F
TI               A   T                IN
NI         D         U           D
FNI                  M A

Todo se da en valoraciones,
dualidades, contrarios:
izquierda / derecha
bien / mal
ying / yang
blanco / negro
y hay que tomar partido lo más pronto,
el ser y el deber ser; la pertenencia
y la adoptada ideología.

El grupo que ya no el individuo,
pues somos seres sociales,
aunque socialmente todo se derrumbe y nos aplaste:
“hoy fabricamos las ruinas del futuro”, del ¿futuro?
(acaso soterrado).

Pero nos acompañamos, es nuestro [des]consuelo.
No como el ermitaño librepensador
vapuleado en calificativos:
apátrida, traidor, malnacido, hideputa, rijoso, revoltoso, necio, intolerante, holgazán…
Ha merecido su suerte [subes la ventanilla de tu BMW].


III
“No escupas hacia arriba” decía el abuelo,
“no te metas en problemas”, “no abras de más la boca”…
el miedo eufemizado en frases hechas,
la tradición del statu quo.

No luches, pues la gata sólo se revuelca
—lo cuenta Ixca Cienfuegos—
y “la juventud se cura con los años”.
Manipulación para la paz: PANEM ET CIRCENSES

¿Conciencia? ¿Pensamiento? ¿Crítica?
Desestabilización imperdonable,
una advertencia…
                          persecución,
                            terror,
                           vigilancia,
            desarticulación,
                               infamias,
 vilipendios:

daños colaterales.

La paz vía la violencia y el fin que justifica solamente SUS medios.

Y si la realidad es inventada,
si todo lo que conocemos es una suposición,
las realidades fabricadas no son ya novedad
sino necesidad
                protectora de nosotros mismos.

“Por eso te damos ídolos televisivos,
mitos teológicos y plástica esperanza de felicidad”;
Dime lo que consumes y te diré quién eres:
la marca de tus tenis,
                                el modelo de tu auto,
                las tiendas donde compras,
                                               los antros que frecuentas,
                las plazas comerciales que conoces,
                                                               las escuelas privadas a las que has ido
(los costos de la colegiatura)
y los apellidos de los “otros”…
gente adinerada,
influyente o, de menos,
aparecen en televisión.

El éxito no debe ser medida personal,
ya lo hemos estereotipado para su comodidad:
sírvase atender su telenovela favorita,
tenemos variedad para todos los gustos…

IV
De los golpes sólo tengo memoria,
el dolor trocado en cromatografía violácea
y verdosa y negra.
Fui válvula de escape y librepensador
y ese fue mi estigma,
mi causa probable (y suficiente),
mi prefigurada suspensión del mundo establecido.

“Y la verdad os hará libres”
decía el mito
de un hombre capturado,
acusado, leo, de diferencias al sistema,
de liberarse y expresar…
fue torturado, exhibido, muerto.
Y la historia lo demuestra igual, ya desde entonces.

¿El pensamiento es, pues, lo peligroso?
Si la protesta no es más que la palabra,
¿dónde el conflicto?
La comodidad nos hace cómplices, pero deja vivir,
sobrevivir, pseudovivir.
¿De qué servirá nuestra existencia de silencios?
Estamos hechos de voces, de ideas y las coartan,
porque el subyugo es lo común,
lo bien visto,
lo aceptable.

Para qué confrontarse si el tiempo
todo borrará, nos erosiona
y hace polvo…
Será el olvido nuestro juez último,
el antes no importa en el mundo inmediato,
el pasado es granítico en los libros,
pero no en la memoria,
pero no en las conciencias,
pero no
                no lo es tanto.

Es el olvido
en verdad, quien nos libera.
Que no haya memoria, que no;
que no haya protestas, que no;
porque todo
                —absolutamente todo—
se asienta;
después, ya nadie rememora lo anterior,
no pueden o no quieren —queremos—,
¿para qué?

“Y conoceréis la verdad,
                pero el olvido,
                               [será él]
                quien nos hará libres”.

24-08-2012 Chez-moi

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