27 noviembre 2008

Un grito desesperado

Cuándo el silencio tus labios selló,
acaso te quemas al hablar de amor
o soy yo, mi vida, me tienes rencor
por alguna guisa que el sol olvidó.

Al rozar tus labios ¿dónde está el sabor
de besos de antaño?¿acaso voló?
Un ósculo dulce, au pied du chateau.
Dos besos al día: This is not enough!

Olvida tus penas y vuelve a vivir
con esa sonrisa, vuélveme a querer.
Que entre más te cierras, más me duele a mí.

Náyade preciosa, ardiente mujer
no mates el cuento que por tí escribí,
contigo en el cielo me quiero perder...

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