25 junio 2008

Te escribo desde el fondo de mi hígado...

Si supieras lo mal que me siento los días que no puedo sacarte una sonrisa, que tengo que tragarme las lágrimas porque no puedo mejorar tu ánimo, porque no puedo más que dejarte descansar y esperar que mañana estés mejor. Si supieras que en tí veo siempre mi destino, mi felicidad, mi vida, incluso mi muerte. Has de saber que para mis ojos eres la mujer perfecta, la que tiene todo eso que mi mente ha configurado para mi: Guapa, inteligente, culta, sonriente, artista, enojona, gritona, berrinchuda, y así me has enamorado, y quiero decirte ¡Gracias! porque soy muy feliz.

A veces no sé que decirte si tus ánimos decaen, te abrazo, te beso, te mimo, me alejo, te doy la razón, te contradigo, y nada funciona, quisiera tener una mente que hurgara en la tuya y te hiciera ver lo que yo siento, como yo tambien quisiera entender lo que tú sientes. Te amo y es de lo que más seguro estoy, sé que probablemente hoy no fue el mejor día, pero para mí siempre será el más lindo, porque estuve contigo y ahora en casa te rindo este justo homenaje. Porque haz reactivado la circulación de mi sangre, el calor de vida, y mi alma.

Lo que tú digas es ley, no iré jamás en contra de tu voz, pero quiero hacerte feliz, verte feliz, me gustas feliz. Vamos a intentarlo, déjame intentarlo. Sin fruncir el ceño, y mejor, mejor dame un beso...

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