...mis veintisiete caracteres con que debo escribir cada vez que las manos se desatan...
25 junio 2008
Te escribo desde el fondo de mi hígado...
A veces no sé que decirte si tus ánimos decaen, te abrazo, te beso, te mimo, me alejo, te doy la razón, te contradigo, y nada funciona, quisiera tener una mente que hurgara en la tuya y te hiciera ver lo que yo siento, como yo tambien quisiera entender lo que tú sientes. Te amo y es de lo que más seguro estoy, sé que probablemente hoy no fue el mejor día, pero para mí siempre será el más lindo, porque estuve contigo y ahora en casa te rindo este justo homenaje. Porque haz reactivado la circulación de mi sangre, el calor de vida, y mi alma.
Lo que tú digas es ley, no iré jamás en contra de tu voz, pero quiero hacerte feliz, verte feliz, me gustas feliz. Vamos a intentarlo, déjame intentarlo. Sin fruncir el ceño, y mejor, mejor dame un beso...
23 junio 2008
Pasadena en busca de la esfera de la Atlántida
Aquel día llevaba la gabardina negra y un paraguas largo, llevaba también su revolver del lado derecho con seis tiros cargados por cualquier eventualidad y algunos más guardados en la bolsa de la gabardina. Del lado izquierdo traía su paquete de cigarros, y un Zippo, además de una navaja muy filosa.
La noche estaba oscura y el agua no cedía, llovía incesantemente pero con poca fuerza. Había dejado el auto cerca de Bellas Artes para seguir a aquel tipo.
Por fin, un muchacho de unos veinte años, veintidós a lo más, salió del edificio con una cara pálida de espanto, atravesó la avenida y se veia muy nervioso. Torpemente sacó un cigarro del bolsillo y trató de encenderlo un par de veces, no pudo porque la mano le temblaba demasiado, así que lo arrojó al piso con furia y siguió su camino.
Pasadena no hizo nada muy evidente, de manera calmada siguió al muchacho a una distancia prudente, con el rabillo del ojo vigilaba los movimientos de aquel mozuelo. Llegaron hasta Pino Suárez y el inspector decidió que era tiempo de hacerle algunas preguntas al chico, atravesó apretando el paso la calle y penso que en la siguiente esquina lo toparía de frente, llevaba la mano sobre el arma y las esposas listas.
-¡Detente Tovar!- gritó Pasadena, pero el muchacho al verlo comenzó a correr hacia los callejones tan rápido como podía. Javier lo persiguió sin perderlo de vista un rato más; cuando se dió cuenta habían llegado a Televisa Chapultepec, allí Tovar intentó meterse al metro para huir del inspector.
-¡Detente te digo!- volvió a decir Pasadena en plena carrera.
Antes de que pudiera cruzar la calle hacia el anden del metro, un Honda Civic negro se emparejó en el semáforo con el chico y se vió una ráfaga de disparos que terminaron con la vida de Tovar. El inspector se cubrió detrás de un macetón y aunque intentó disparar al auto, éste aceleró y sólo se escucharon los tiros que jamás impactaron al vehículo.
Corriendo, Pasadena alcanzó al joven e intentó reanimarlo.
-Despierta Tovar, no te vayas, vas a estar bien.
-No inspector, los dos sabemos que ya me cargó...
-¿Quién fue hijo? ¿Quién te hizo esto?
El joven, tosió y escupió un coágulo de sangre.
-Fue el Gunter inspector, porque no quise entrarle...
-¿Entrarle a que?.
Pero Tovar ya no respiraba, y los ojos se le comenzaron a nublar. Pasadena los cerró, tomó su celular para llamar al SEMEFO y se fue de allí dejándo su sombrero sobre el rostro de Tovar a modo de homenaje...
22 junio 2008
La tarde que conocí a Javier Pasadena
En mis pensamientos estaban todos esos rumores y no pude evitar una sonrisa mientras daba una bocanada a mi puro.
-Tiene fuego.
Me quedé un poco sorprendido al ver que Pasadena traía un paquete de cigarros y un par de coca colas en la mano. Saqué mi Zippo de la bolsa derecha, y encendí su cigarro. Él me dió una de las coca colas y sin decir palabra se sentó a mi lado; los dos fumábamos tranquilos.
-¿Por qué me sigues?- dijo y le dió un sorbo a la lata. Yo sólo seguía mirando al cielo. -Me he dado cuenta que desde hace tiempo pasas por el parque a la hora que acostumbro y te quedas en la farola aquella unos minutos.
-No lo sé- respondí sinceramente- creo que únicamente es la curiosidad que envuelven los rumores que se dicen sobre ti.
-Esas burdas mentiras me dan tanta pena- comentó al tiempo de expulsar volutas de humo -me han inventado tantas vidas e identidades que ya ni sé cuál es más estúpida. Pero debo aceptar que de cada una de ellas tengo un poco.
De pronto se quedó en silencio por unos momentos, y yo entendí que la charla había terminado por ese dia, seguimos fumando uno y otro cigarrillo sin hablar hasta que miré el reloj y descubrí que era casi media noche.
-Es hora de irme- me levanté y no obtuve respuesta alguna, así que comencé el andar hacia San Ángel.
-Espere- volví la mirada y ya venía en la misma dirección- yo también voy para Tizapán.
Caminamos despacio mientras comenzaba una leve lluvia que nos molestaba únicamente porque nos apagaba los cigarros, platicamos de no sé cuántas cosas y en el jardín del arte nos despedimos, con la conciencia de que nos volveríamos a encontrar muchas más veces...
Niña..
Niña, preciosa joya en mi destino,
de piel de seda y labios seductores,
tu sonrisa, arcoiris de colores,
farolito, que alumbra mi camino.
Niña, retrato fiel de lo divino,
remanso, cura de este mal de amores,
a mi alma que sufre los dolores,
añorando respuestas que adivino.
Majestad de mis sueños, fantasías,
que de noche capturas mis sentidos,
libertando, mis mas locas manías.
Tú que atañes a todos mis latidos,
y en mis hojas, te inundo de poesías,
ve mi sangre, mis versos desteñidos.
Este sonetillo ya tiene algún tiempo, pero me gusta porque justo hoy le hice algunas modificaciones, y me gustó para ponerlo...
21 junio 2008
Mi fingida poligamia...
Vivo con tres mujeres en casa,
la amorosa, la evasiva y la ideal.
La amorosa llega por las tardes,
se asoma en mi ventana y da un par de golpecitos
me sonríe, entra a mi cama y me besa
me toma con sus manos,
y dice suavemente a mi oído
que desea pasar el tiempo que nos resta
mirando las estrellas, bajo las sábanas.
La evasiva aparece más seguido,
viene casi todos los días, me mira y me sonríe
después, lentamente se va,
oculta su mirada en un destello luminoso.
Responde con monosílabos, si me responde,
me dice ―olvida todo ―y terminó la charla.
Me besa con más obligación que gusto,
y ante mis esperanzas de una respuesta tierna
obtengo mil ―tú dime, o un descenso de nubes.
Para hablar de la ideal necesito más tiempo,
me faltan palabras que la describan bien,
o suficiente.
Ella, ella no avisa cuando llega, pues lo hace pocas veces,
de repente sola se aparece, y me toma mal parado.
Arrolla con su paso mis defensas,
mis intentos por acostumbrarme a la evasiva
o de soñar con la amorosa,
ella llega y rompe todo.
Es la que me enamoró, la que mantiene mi fe inquebrantable,
por la que cada día quiero amanecer.
La ideal es la que escondes los domingos,
que me ama sin secretos. La ideal eres tú amor.
Un justo agradecimiento
Puede que en este momento no esté de lo más poético, sin embargo me parece estar sensato y coherente para decir que todo lo sobredicho es enteramente cierto y una promesa por escrito siempre será más fuerte. Te prometo que seguiré poniéndole todas las ganas a esto para que siempre estemos juntos.
Luna
No es de tu piel amor...
Rubén Darío
no es de tu mano firme, es tu cintura,
no es tu cabello suelto, que mi llanto
pudiera descarriar en la locura.
No son las dos estrellas de tus ojos,
no son las tus caricias en mi pecho,
no son tu par de labios, que de hinojos
me tienen hoy postrado ante tu lecho.
Son las ganas de amarte con denuedo.
Son mis entrañas vivas que te nombran.
Son mis letras que te escriben sin miedo.
Son mis celos de inutil pendenciero.
Son las noches de sueño inacabado.
Son deseos de que no haya tercero.
Génesis
Ha sido un día muy productivo. 6 am, sonó la alarma del celular para despertarme: me quedé dormido; 6:30, volvió a sonar: seguí dormido... 10 am. Contra mi voluntad tuve que levantarme de la cama para el desayuno, y ya más animado crucé la ciudad para ver una función de danza contemporánea que no podía perderme ya que mi bailarina favorita se presentaba y afortunadamente conseguí un boleto.
Obviamente la función fue un éxito y después... ya no importa. Estoy contento por este día, y ahora, debo continuar mi trabajo del servicio social, por lo que este nacimiento tan espontáneo y curioso ha terminado, mas espero que su crecimiento sea constante y prologado, y que algo interesante pueda tener la nueva página.
A todos los que lean esto, buenos días -más que un saludo, un buen deseo-