Me encontré esto de hace varios ayeres...
Hubo una historia oculta,
soterrada al paso de los años,
de las apariencias que debieron guardarse,
de los silencios trocados en sonrisas:
hubo una historia doble
que sólo dos supieron.
Luego de la distancia que pactaron
se miraban detrás de las paredes,
ocultándose en los recovecos,
y fingieron demencia,
también indiferencia
y creían en el fin, mas no en los medios.
Por obligarse en ataduras vanas
se encarcelaban en la cruel costumbre,
con la fe de que el amor perdona
sin excepciones… ¡Oh la inocencia!
¡Oh la ignorancia!
Los ojos suyos se encontraban siempre,
se sonreían sin ápice notorio
y se besaban casi a contrabando,
en sus nocturnos y esporádicos encuentros.
Pero se amaban tan apasionadamente
que poco interesaba la frecuencia,
vivían por la intensidad.
Era el momento,
acaso el calor se sus mozuelos cuerpos,
era ese palpitar de corazones,
eran todos sus silencios,
eran sus charlas guturales,
eran, en fin, la suma de promesas.
Hubo una vez aquella historia oculta,
de aquellos dos que amaron sin dudarlo,
que se besaban adentro de los sueños
y dentro de ellos, también, se amaban
con ritmo frenético.
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