11 mayo 2010

No pido...

Yo no te pido nada
no te lo pido porque no lo merezco
porque no te soy digno, no te ofrezco
palacios ni riqueza acumulada
en cofres y enterrados en las islas
desiertas que los cuentos han contado.

No te pido nada, es cierto
aunque grato me sería un beso,
tan dulce, con tus labios y mis labios
una filosofía que los sabios
no llegan a entender en muchos años.

Pero no, no puedo imaginarlo
porque no te pido nada:
No te pido recostarte en mi hombro,
ni que pienses en mí una vez al día,
mucho menos pedir en fantasía
amarnos uno al otro en la velada.

Eso es imposible luna mía,
yo no podría pedirte tales cosas.
Imagina que yo te enviara rosas
y pensara tu mano entre las mías.

No, no y no, jamás lo haré,
porque el amor que doy no busca recompensas,
y sin embargo soñaré que piensas
en mi nombre y mi ser ante tu puerta.

¿Por qué mujer si no te pido nada?
me gusta imaginar el adorarte,
mi brazo en tu cintura delineada,
y no puedo dejar de extrañarte.

No solicito venia aunque acepto
si tu voluntad quisiera regalarme,
tu aroma, tu tersura, cada baile,
tu risa, tus pasiones y tu afecto.

No pido, pero ah! sería tan bello,
si osaras una vez a la semana
pudiéramos salir por las mañanas
y yo abrazarte para besar tu cuello.

Como vez soy sensato
y no te pido nada
imagino tenerlo, pero de eso a pedirlo...
sería vanidad.
Mejor es el soñar con que un día me regales
un poco de tu tiempo por propias voluntades
aceptes concederme una de tus tardes,
no importa si un minuto, una hora o un segundo
si tú me lo permites
te haré sentir la mujer más feliz del mundo
pero eso es imposible en tanto no confíes
en que te amo tanto como digo.

No pido ser el dueño de tu cuerpo
pero quisiera otra vez amanecer en tu lecho
amarte todo el cuerpo y hasta el alma,
como sólo lo hace quien así ama,
pero... no es más que boba ilusión,
aunque tu nombre esté tatuado en mi emoción.

¿Lo ves? No pido nada amada mía,
simplemente a tu voz yo me someto,
si me dejas amarte te prometo
que te haré más dichosa cada día.

Yo no pediré nunca, pero mira,
tú pide de tu esclavo lo que quieras
porque yo decidí que hasta que muera
daré todo mi ser para mi estrella.

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