...mis veintisiete caracteres con que debo escribir cada vez que las manos se desatan...
30 marzo 2011
"Puntos suspensivos" en Diccionario de dudas de José María Cumbreño
29 marzo 2011
Diccionario de Mexicanismos: bailar
bailar. TR. coloq. Ridiculizar al contrario en una competencia: "Cruz Azul bailó a Tigres ayer por marcador de 6-0". || 2. En el futbol o baloncesto, esquivar hábilmente al adversario: “El delantero bailó al portero y anotó”. ||3. INTER. coloq. Salir alguien perdiendo o llevársela peor parte de algo: “Bailamos con el negocio”. || - con la más fea. LOC. VERB. coloq. Llevarse alguien la peor parte: “Lo sacaron del testamento y le tocó bailar con la más fea”. || - el oso. LOC. VERB. Retar a una pelea: “Vamos a ver bailar el oso al campeón mundial de boxeo”. || - las calmadas. LOC. VERB. coloq. Tratar asuntos ríspidos de la manera más tranquila posible: “El secretario ha preferido bailar las calmadas y no enfrentarse con los medios”. || - los ojos. LOC. VERB. supran. pop/coloq. Desear a alguien o algo: “A Juan le bailan los ojos por María”. ||ya bailó (Berta). EXPR. pop/coloq/euf. Se usa para expresar que algo se ha malogrado: “¡Ya bailó Berta, llegaron mis papás!
26 marzo 2011
Minucia de hoy: ¿asesino u homicida?
En la lengua estándar, es decir en la no literaria ni técnica, es probable que se emplee con mayor frecuencia el vocablo asesino que homicida. No pocos hablantes no sólo no emplean el término homicida, sino que no saben exactamente qué significa. Todo mundo en cambio conoce y emplea el vocablo asesino, aunque en ocasiones se confunda con homicida ("lincharon al chofer asesino"). Su conocimiento generalizado explica asimismo que, con no poca frecuencia, se emplee de manera figurada ("asesinó mis ilusiones"). Por no conocer con precisión las diferencias entre asesino y homicida se producen expresiones en alguna medida redundantes: "lo asesinó alevosamente" (todo asesinato es, por definición, alevoso). Por lo contrario, quizá ya no resulte tan redundante el siguiente enunciado: "fue un homicidio involuntario" (ciertamente, un homicidio voluntario es un asesinato; sin embargo, en la definición de homicidio no se señala expresamente que la muerte que se causa no se debe a una acción intencionada). En otras palabras, todo asesinato es un homicidio, pero no todo homicidio es un asesinato. El asesinato viene a ser, entonces, un tipo particular de homicidio.
Por lo que respecta al origen y etimología de estos dos términos, comienzo diciendo que el más antiguo parecería ser homicida, pues no es sino un latinismo crudo (no evolucionado), un cultismo. En efecto, el término latino homicida es sin duda anterior al término español asesino. Lo que no resulta tan seguro es que el término español homicida también lo sea. En otras palabras, es probable que la introducción en la lengua española del cultismo latino homicida pudo haber sucedido después del ingreso a la misma lengua del vocablo asesino. Coinciden los diccionarios etimológicos en asignar un origen árabe a la palabra asesino: dehassasin, 'adictos al cáñamo indio', es decir bebedores de hachís. Según algún diccionario (el de Gómez de Silva), "los primeros asesinos etimológicos eran seguidores del Shayj al-yabal ('Viejo de la Montaña', siglo XI), quienes cometían homicidios secretos bajo el influjo del hashish". En ese mismo lexicón se propone el siguiente itinerario del vocablo: del árabe al latín medieval (assassinus) y de éste al español (asesino). En efecto, si la incorporación del arabismo es tan temprana (siglo XI), es difícil que se haya hecho directamente al romance (español en avanzada formación); lo que es probable es que haya existido una etapa intermedia en el latín medieval (que no debe confundirse con el latín vulgar). Por mi parte, pienso que, de aceptarse la etapa de assassinus, es posible que ésta haya tenido lugar precisamente en el latín medieval español, es decir el escrito en España, pues por esa época era en España, mejor que en cualquier otro sitio, donde había una importante influencia árabe. Así, ese assassinus medieval pudo originar no sólo el asesino español, sino también el assassin francés e inglés, que conservan la a protónica, vocal que el español, por disimilación con la a inicial, cambió por e (assassinus > asesino).
Cuento: El rinoceronte de Juan José Arreola
El gran rinoceronte se detiene. Alza la cabeza. Recula un poco. Gira en redondo y dispara su pieza de artillería. Embiste como ariete, con un solo cuerno de toro blindado, embravecido y cegado, en arranque total de filósofo positivista. Nunca da en el blanco, pero queda siempre satisfecho de su fuerza. Abre luego sus válvulas de escape y bufa a todo vapor.
(Cargados con armadura excesiva, los rinocerontes en celo se entregan en el claro del bosque a un torneo desprovisto de gracia y destreza, en el que sólo cuenta la calidad medieval del encontronazo.)
Ya en cautiverio, el rinoceronte es una bestia melancólica y oxidada. Su cuerpo de muchas piezas ha sido armado en los derrumbaderos de la prehistoria, con láminas de cuero troqueladas bajo la presión de los niveles geológicos. Pero en un momento especial de la mañana, el rinoceronte nos sorprende: de sus ijares enjutos y resecos, como agua que sale de la hendidura rocosa, brota el gran órgano de vida torrencial y potente, repitiendo en la punta los motivos cornudos de la cabeza animal, con variaciones de orquídea, de azagaya y alabarda.
Hagamos entonces homenaje a la bestia endurecida y abstrusa, porque ha dado lugar a una leyenda hermosa. Aunque parezca imposible, este atleta rudimentario es el padre espiritual de la criatura poética que desarrolla, en los tapices de la Dama, el tema del Unicornio caballeroso y galante.
Vencido por una virgen prudente, el rinoceronte carnal se transfigura, abandona su empuje y se agacela, se acierva y se arrodilla. Y el cuerno obtuso de agresión masculina se vuelve ante la doncella una esbelta endecha de marfil.
25 marzo 2011
Y llegó el iPad 2
Así es queridos lectores, desde el día de ayer se puede conseguir el nuevo device de Apple, el fantabuloso iPad 2 (si se preguntan por qué no digo "la fantabulosa", es sencillo, porque hago referencia a un device o dispositivo, ergo,es masculino, pero bueno, eso no importa mucho. Sigamos). Apenas el año pasado se presentó con gran éxito, la primera generación de una tableta que se sitúa a caballo de un teléfono inteligente (smartphone) y una portátil (netbook).
Software
El iPad traerá el siguiente software right-out-the-box:
- App Store: Software que permite adquirir aplicaciones (tanto las del iPhone, disponibles en zoom x2 o en tamaño original, como las nativas del iPad). Los propietarios de aplicaciones para iPhone pueden utilizarlas en su iPad sin necesidad de volver a comprarlas. El paquete ofimático iWork tiene su propia versión para iPad, que se puede adquirir por 10 dólares la aplicación (7.99 €uros cada uno), y está compuesto por las aplicaciones Pages, Numbers y Keynote. También, la aplicación iBooks está disponible para descarga gratuita, pero no viene incluida en el dispositivo por defecto.
- Safari: navegador de Internet con soporte para HTML 5.
- Mail: para gestionar correos electrónicos con Microsoft Exchange, MobileMe, Gmail, Yahoo! Mail y AOL.
- YouTube: navegador y visualizador de YouTube.
- iPod: función equivalente a su análogo reproductor multimedia iPod.
- iTunes Store: para comprar música, videos, descargar Podcast y visualizar contenidos.
- Mapas: Para visualizar mapas y establecer rutas, utiliza la tecnología de Google Maps incluido el servicio de Street View.
- Notas: Un bloc de notas, para tomar apuntes, pegar texto en él.
- Calendario: Un calendario para gestionar citas y fechas especiales.
- Contactos: Para gestionar tus contactos.
- FaceTime (Únicamente iPad 2)
- Photo Booth (Únicamente iPad 2)
Recomendatio: Nocturno miedo de Xavier Villaurrutia
Todo en la noche vive una duda secreta:
el silencio y el ruido, el tiempo y el lugar.
Inmóviles dormidos o despiertos sonámbulos
nada podemos contra la secreta ansiedad.
Y no basta cerrar los ojos en la sombra
ni hundirlos en el sueño para ya no mirar,
porque en la dura sombra y en la gruta del sueño
la misma luz nocturna nos vuelve a desvelar.
Entonces, con el paso de un dormido despierto,
sin rumbo y sin objeto nos echamos a andar.
La noche vierte sobre nosotros su misterio,
y algo nos dice que morir es despertar.
¿Y quien entre las sombras de una calle desierta,
en el muro, lívido espejo de soledad,
no se ha visto pasar o venir a su encuentro
y no ha sentido miedo, angustia, duda mortal?
El miedo de no ser sino un cuerpo vacío
que alguien, yo mismo o cualquier otro, puede ocupar
y la angustia de verse fuera de si viviendo
y la duda de ser o no ser realidad.
¿Teni o tenis? ¿cómo se dice?
24 marzo 2011
Mítica en el Más por más
Rayuela - Capítulo 68 de Julio Cortázar
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
Minucia de hoy: alineo o alinéo
Entre los regulares, sin embargo, hay algunos que presentan cierta dificultad en lo que toca a la acentuación de algunas de sus formas. En particular los terminados en -ear (o -iar) y -uar. Los primeros pueden clasificarse en dos grupos: los que se acentúan (-ío) y los que no llevan acento (-io). Son algo complicadas (y no muy convincentes) las reglas para formar estos grupos. Llevan acento, dice el Esbozo: a) criar, liar, piar y semejantes; b) los que derivan de nombres bisílabos en -ío, -ía (enfrío, expío); c) los que proceden de sustantivos cuya última sílaba tiene una i (esquiar, de esquí); d) el verbo arriar (arrío); e) verbos cuyo acento no tiene explicación, como los anteriores, por derivación (como rociar, ya que el sustantivo rocío procede de rociar y no al revés); f) otros verbos sin explicación clara: contrariar, variar, ampliar...
La mayor parte de los verbos en -ear o -iar que no llevan acento son cultismos que se introdujeron en la lengua en diversas épocas, procedentes de verbos latinos terminados en -iare, como compendiar (compendio), por ejemplo; o bien se trata de derivados españoles procedentes de sustantivos o adjetivos que terminan en -ia, -ie, -io. Es el caso de sentenciar (sentencia), refugiar (refugio), entibiar (entibio), etc. Hay también algunos verbos sin acento, sin explicación satisfactoria: agobiar, desquiciar, lidiar, rumiar, entre varios otros.
La mayor parte de las reglas anteriores se ajustan a la manera como empleamos estos verbos los mexicanos. Encuentro sólo tres casos que parecen desviarse. Son los verbos alinear, delinear y enraizar. Según el Esbozo, debería decirse: alineo y delineo, sin acento, forma recomendada en varios diccionarios y gramáticas; en México, creo, es más usual alíneo y delíneo (con acento en la í). Por otra parte, la gramática recomienda decir enraízo (acentuada); parece que los mexicanos prefieren enraizo, sin acento, aunque se trata de un verbo no muy usual.
Entre los dudosos, los mexicanos empleamos la forma recomendada o “más corriente", como anota el Esbozo, en los casos siguientes: afilio (y no afilío); ansío (con acento, y no ansio); auxilio, nunca auxilío; concilio (jamás concilío); expatrío, casi nunca expatrio; glorío mejor que glorio. Por lo que toca a vaciar, anota la Academia que “está muy extendido vacio (sin acento), sobre todo en el habla popular; en la lengua literaria lo más general es vacío". Creo que en México, aun en el habla popular, lo común es la voz acentuada (vacío).
Otros de los verbos dudosos son de muy poco empleo (al menos en México) en ciertas personas de la conjugación, y resulta difícil asegurar que se emplean con acento o sin él. Tal es el caso de agriar (¿agrio o agrío?), historiar (¿historio o historío?), espaciar (¿espacio o espacío?), paliar (¿palio o palío?), etcétera.
En algunos dialectos del español, americanos particularmente, ciertos rasgos de la pronunciación pueden afectar la lengua en el nivel de la morfología. Un ejemplo muy claro es la muy acusada tendencia a la diptongación de los hiatos (teatro, que da tiatro), observable en muchas hablas americanas, que puede explicar ciertas anomalías en un verbo como ladear, el cual, según las reglas anteriores, pertenece al grupo -eo (ladeo, ladeas, etc.), formas que efectivamente se conservan en todas partes, incluido el español americano. Sin embargo, en otras personas de la conjugación, debido precisamente a la diptongación del hiato, la manera de acentuarlo, por parte de muchos hispanohablantes americanos lo hace ver como verbo en -iar perteneciente al grupo -io: ladiamos, ladiara, ladiar... (por ladeamos, ladeara, ladear).
23 marzo 2011
La tumba india de José de la Colina
22 marzo 2011
Fragmento "Algo sobre la muerte del mayor Sabines". Recordando a Jaime Sabines
Para recordar al maestro baste citar un apartado de tan grandiosa fuente de lirismo... In Memoriam
1. Déjame reposar,
aflojar los músculos del corazón
y poner a dormitar el alma
para poder hablar,
para poder recordar estos días,
los más largos del tiempo.
Convalecemos de la angustia apenas
y estamos débiles, asustadizos,
despertando dos o tres veces de nuestro escaso sueño
para verte en la noche y saber que respiras.
Necesitamos despertar para estar más despiertos
en esta pesadilla llena de gentes y de ruidos.
Tú eres el tronco invulnerable y nosotros las ramas,
por eso es que este hachazo nos sacude.
Nunca frente a tu muerte nos paramos
a pensar en la muerte,
ni te hemos visto nunca sino como la fuerza y la alegría.
No lo sabemos bien, pero de pronto llega
un incesante aviso,
una escapada espada de la boca de Dios
que cae y cae y cae lentamente.
y he aquí que temblamos de miedo,
que nos ahoga el llanto contenido,
que nos aprieta la garganta el miedo.
Nos echamos a andar y no paramos
de andar jamás, después de medianoche,
en ese pasillo del sanatorio silencioso
donde hay una enfermera despierta de ángel.
Esperar que murieras era morir despacio,
estar goteando del tubo de la muerte,
morir poco, a pedazos.
No ha habido hora más larga que cuando no dormías,
ni túnel más espeso de horror y de miseria
que el que llenaban tus lamentos,
tu pobre cuerpo herido.
Minucia de hoy: Campus
Oigo con frecuencia, siempre con tono de reproche, que en México se emplea, quizá más que en España, el anglicismo campus para referirse al conjunto de terrenos y edificios pertenecientes a una universidad. En efecto, al español el vocablo campus, con ese significado, pasó del inglés. En esa lengua, según el Oxford Keys, significa 'grounds of a school, college or university'. Debe sin embargo recordarse que se trata de un vocablo latino, un sustantivo masculino de la primera declinación (campus, -i), que quería decir 'el campo, la llanura de tierra ancha y dilatada, la campiña'. Produjo en español el sustantivo campo ('terreno extenso fuera de poblado'). En inglés (y en español) el cultismo latino, el latinismo crudo campus es masculino e invariable en cuanto al número (el campus, los campus).
Todos sabemos que hay en la lengua española de hoy anglicismos superfluos y anglicismos no sólo tolerables sino incluso necesarios. Soy de la opinión de que campus es un vocablo, si no indispensable, al menos conveniente. Recordemos que las instalaciones de las universidades más antiguas, en particular de nuestra Universidad Nacional Autónoma de México, hasta hace relativamente poco, consistían en un numeroso conjunto de edificios dispersos en el centro de la ciudad. No tenía entonces la Universidad un terreno propio, sino sólo varios edificios. En 1954, por tanto, la Universidad contó por primera vez con un conjunto de terrenos y edificios, con una verdadera ciudad. Comenzó designándosele (y todavía se le llama así) precisamente Ciudad Universitaria. A todos los universitarios nos gusta ese nombre, nos es entrañable. A veces lo abreviamos con la cariñosa abreviatura C. U. (ceú). Debemos seguir manteniendo esa venerable designación. Sin embargo debe tenerse en cuenta que, al paso del tiempo, la Universidad fue creciendo, fue extendiéndose a otras áreas metropolitanas. Se crearon, por ejemplo, las ENEP (escuelas nacionales de estudios profesionales), en amplios terrenos con numerosos inmuebles. Forman evidentemente parte esencial de la UNAM pero no están en Ciudad Universitaria. La Universidad ahora, por tanto, no consta sólo, como antes, de un conjunto de edificios, sino de un conjunto de terrenos y edificios, de ciudades universitarias. Creo que a partir de esa época, en que se construyeron las ENEP, sin dejar de referirse a la Ciudad Universitaria, comenzó a emplearse, tanto para aludir a esas instalaciones cuanto para hablar de las otras, especialmente las ENEP, el término inglés campus: el campus de Ciudad Universitaria, el campus de la ENEP Acatlán, etcétera.
No creo que el español disponga de un término tan preciso (y tan breve) como campus para referirse a esos amplios terrenos donde están los edificios universitarios. Tomando en cuenta además que no está sustituyendo a Ciudad Universitaria (pues precisamente se habla del campus de C. U.), creo que no hay razón para rechazarlo. Aunque no debe tomarse como argumento contundente, conviene tener en cuenta que el DRAE, en su vigésima primera edición (de 1992), considera como parte del vocabulario general de la lengua española el anglicismo campus con el significado de 'conjunto de terrenos y edificios pertenecientes a una universidad'.
Fuente: http://www.fondodeculturaeconomica.com/obras/suma/r3/buscar.asp?idVocabulum=268&starts=Todos&word=campus
Premio Alfaguara de novela
A pesar de la opinión, en la que a veces concuerdo, de que los concursos literarios son un parámetro del cuál desconfiar, pienso que deben mencionarse cuando menos en su calidad publicitaria y de invitación al descubrimiento de nuevos escritores sean ellos nuevos o ya no tanto.
Al respecto, uno de los premios más conocidos allende el mar y también por estos lares, es el premio Alfaguara de novela que en la edición 2011, ha dado como merecedor del galardón al escritor colombiano Juan Gabriel Vázquez por su novela El ruido de las cosas al caer.
Confieso que no he tenido tiempo ni solvencia para hacerme de tan mentado ejemplar, pero la temática es la violencia, a decir del autor, una violencia a veces tan exagerada e incomprensible que resulta catártica y requiere de un escape. Es, describe la sinópsis del libro “un negro balance de una época de terror y violencia, en una Bogotá descrita como un territorio literario lleno de significaciones".
La novela se gesta, según lo que he podido leer, en la Colombia contemporánea y se mezclan elementos como el narcotráfico, un hipopótamo, la memoria, la fuga. “La trama narra el viaje de un hombre que busca en el pasado una explicación de su situación y la de su país. Una lectura conmovedora sobre el amor y la superación del miedo”
Así, el cliché que azota Colombia desde luengo tiempo atrás se mira reflejado en la literatura con un afán de comprenderlo para entonces dejarlo atrás. La nota del periódico el informador apunta también que: La obra de Vásquez -que se presentó bajo el seudónimo Raúl K.Fen- fue la elegida por el jurado, compuesto además por Gustavo Guerrero, Lola Larumbe, Candela Peña, Inma Turbau y Juan González.
De manera tal que habrémos de esperar a la lectura para decir qué tanto o tan poco esto es un nombre más, un fuego fatuo o algo que vaya más allá de la novedad del consumismo literario.
Más información: http://www.informador.com.mx/cultura/2011/279494/6/juan-gabriel-vasquez-y-su-ruido-colombiano-ganan-el-premio-alfaguara-2011.htm
*Fotografía: El escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez.- CRISTÓBAL MANUEL http://www.elpais.com/fotografia/cultura/Juan/Gabriel/Vasquez/elpdiacul/20091116elpepicul_2/Ies/
Cuento: Los unicornios de Julio Torri
Creer que todas las especies animales sobrevivieron al diluvio es una tesis que ningún naturalista serio sostiene ya. Muchas perecieron; la de los unicornios entre otras. Poseían un hermoso cuerno de marfil en la frente y se humillaban ante las doncellas.
Ahora bien, en el arca, triste es decirlo, no había una sola doncella. Las mujeres de Noé y de sus tres hijos estaban lejos de serlo. Así que el arca no debió de seducir grandemente al unicornio.
Además Noé era un genio, y como tal, limitado y lleno de prejuicios. En lo mínimo se desveló por hacer llevadera la estancia de una especie elegante. Hay que imaginárnoslo como fue realmente: como un hombre de negocios de nuestros días: enérgico, grosero, con excelentes cualidades de carácter en detrimento de la sensibilidad y la inteligencia. ¿Qué significaban para él los unicornios?, ¿qué valen a los ojos del gerente de una factoría yanqui los amores de un poeta vagabundo? No poseía siquiera el patriarca esa curiosidad científica pura que sustituye a veces al sentido de la belleza.
Y el arca era bastante pequeña y encerraba un número crecidísimo de animales limpios e inmundos. El mal olor fue intolerable. Con su silencio a este respecto el Génesis revela una delicadeza que no se prodiga por cierto en otros pasajes del Pentateuco.
Los unicornios, antes que consentir en una turbia promiscuidad indispensable a la perpetuación de su especie, optaron por morir. Al igual que las sirenas, los grifos, y una variedad de dragones de cuya existencia nos conserva irrecusable testimonio la cerámica china, se negaron a entrar en el arca. Con gallardía prefirieron extinguirse. Sin aspavientos perecieron noblemente. Consagrémosles un minuto de silencio, ya que los modernos de nada respetable disponemos fuera de nuestro silencio.
Abriendo las recomendaciones
Navegando en diversos espacios creo que a este blog le hace falta un receptáculo de aquellas cosas que son dignas de verse, leerse, escucharse, tomarse, inhalarse y otras muchas experiencias que parezcan agradables.
Inauguro pues, una zona de recomendaciones de todo tipo que, espero, les sea agradable visitar o comentar, y por qué no, también nutrir.
Vamos dándole velocidad a esto y comencemos.
17 marzo 2011
Vuelvo a creer en la sinceridad de la gente
Por cierto, la publicación es esta, Página 18. Sucede que te miro